Diseñando una Portada muy especial (3ª Parte)

Ahora, en este instante, es cuando la ilustración empieza a pedirme cosas. Hasta ahora era yo quien la dominaba, quien decidía, ponía y quitaba... ahora ha tomado conciencia propia y soy consciente de que cada vez que avance más en ella me va a exigir cada vez más, y no solo en el detalle sino también en toda una serie de valores que, hasta ahora, he obviado olímpicamente.

Uno de los tres elementos arquitectónicos con mayor profusión de detalle es precisamente esa fabulosa torre de la Catedral de Valencia conocida popularmente como el Micalet (o Miguelete para los foraneos). Es una torre cuya construcción se inició en 1381 y fue finalizada en 1429. Ya por la propia complejidad de la misma, necesitó ser dirigida su construcción por varios maestros de obra. Es una torre de estilo gótico levantino de 51 metros de altura hasta la terraza o mirador, los mismos que mide en su perímetro y con base ortogonal. Hasta dicho mirador (al que vale la pena subir al menos una vez en la vida) hay una distancia de 207 escalones (los he contado en dos ocasiones de las varias veces que he subido) en forma de caracol, y su segundo cuerpo (de los tres que la compone) sirvió en su dia como prisión o asilo de la Catedral. Hoy por hoy y desde hace muchos años, es un verdadero icono de la Ciudad de Valencia, y desde su mirador se domina prácticamente toda la ciudad y gran parte del valle donde descansa la ciudad. Dado el enclave, junto a la primera Valencia fundacional, sobre la colina más alta de dicho valle, podemos contemplar, con un pequeño ejercicio de imaginación, la evolución de la ciudad más hermosa del mundo. ¿Se nota mucho que estoy enamorado de Valencia?

Las Torres de Quart son un par de torres gemelas, que formaban parte de la muralla medieval que rodeaba el casco antiguo de la ciudad, cuya función era defender la ciudad. Fueron construidas en el siglo XV con estílo gótico tardio militar. Sobre su desgastada faz bajo los almenares, están las marcas de la Guerra de la Independencia contra el invasor francés, la Guerra de Sucesión, las cantonales y la Guerra Civil Española. De echo, todavia se puede observar en su rostro las huellas de los impactos provocados por los cañonazos de la Guerra de la Independencia en sus gruesos muros. Desde 1626 hasta bien entrado el siglo XVIII fue sede de la Cárcel de Mujeres y hasta 1874 fue llamada las Torres de Cal, porque era con este material con el que se encalaban las casas de Valencia a la que se debía entrar por la puerta situada entre ambas torres. Monumento nacional desde 1931 y Patrimonio Histórico Español desde 1985, es, junto a las Torres de Serranos, otro de los grandes iconos de Valencia. Su nombre se debe a que estaban situadas sobre el camino que conduce al centro de la ciudad, desde la Plaça de la Mare de Deu donde está la Catedral de Valencia, hasta el pueblo de Quart de Poblet.

Un nuevo elemento se empieza a dibujar en la imagen, la manta morellana. No hay duda al respecto de la inmensa riqueza que ofrece la indumentaria tradicional valenciana. El traje que llevan las falleras actuales tiene una larga tradición en la historia. Aparece en el siglo XVI y empezó siendo un traje de trabajo, pero con el paso del tiempo se fue transformando y derivó a una indumentaria más elegante que se usaba en ocasiones especiales. De echo, el traje de fallero y fallera actual en muchos casos, es el traje de fiesta que se usaba siglos atrás.

La calidad de las telas y la complejidad de su confección, puramente artesanal, se puede ver tanto en el propio traje de fallera como en los chalecos o xopetí. Pero el elemento que quizás mayor tradición guarda es la Manta Morellana, un elemento de abrigo de lana que se coloca sobre la indumentaria, de muchas tonalidades que se tejia a mano y que usaban los labradores para resguardarse del frío del invierno.

(continuará)